
Los muros de color miel, la vajilla de origen, la plata y los vasos de cristal ofrecen armonía y dulzura a nuestro comedor.
En verano, el parque y la terraza acogen los desayunos al aire libre y las cenas a la luz de las velas, perfecto para momentos bucólicos.
Un servicio esmerado con sumo cuidado acompañará esos momentos de buen comer.
Thomas, nuestro sumiller les aconsejará del mejor modo posible para adornar su comida y les confiará los secretos del “niño predilecto del país”, el tan renombrado aguardiente Armañac.
La cocina de Charlotte es sincera, femenina y justa. Atada a sus raíces, le gusta trabajar los productos locales procedentes de la región gascona.
Enamorada, del buen comer, ésta combina lo hermoso y lo bueno en cada plato con frescura y alegría.